La Eco2plaza busca el equilibrio en Garrucha neutralizando el efecto de “isla de calor” y las emisiones de CO2 de los coches en el nuevo aparcamiento. La propuesta se basa en el estudio del número y tipo de árboles y vegetación necesarios para lograr este objetivo. Para ello, la plaza se dispone en una malla espacial que organiza los componentes que la caracterizan. En primer lugar, se desarrollaron los maceteros o dunas de infiltración de agua, preparadas para captar y absorber lluvia reduciendo así los requerimientos hídricos de la actuación. En segundo lugar, los maceteros móviles prefabricados preparados para ser desplazados según las exigencias de uso del espacio. Y finalmente, se integraron a la malla, todo el resto de elementos urbanos necesarios para el uso público (luminarias, papeleras, señalética…etc.).

Aún existiendo la malla espacial homogénea, la Eco2plaza responde de forma diferente a las necesidades sociales del programa que la rodea. Por un lado, el desplazamiento de los maceteros móviles permite crear vacíos para acoger los eventos de La Garrucha: fiestas, procesiones, fin de año, carnavales, bodas, teatro, etc… Por otro, el filtro verde del arbolado sirve de protección para el tránsito constante del viandante, del Ayuntamiento al Salón de Plenos en edificios opuestos; de la Ermita a la playa o del mirador a la plaza, siempre a través de la buena sombra. Y, por último, la retícula verde ofrece a los edificios institucionales colindantes el efecto medioambiental propio del patio andaluz cuya función es esencial en climas calurosos. El patio en la arquitectura mediterránea emplea la inercia térmica del agua presente en las plantas para la absorción del calor, reduciendo los cambios extremos de temperaturas y mejorando la calidad del aire.

En conclusión, la Eco2plaza además de equilibrar la acción del aparcamiento ofrece un nuevo abanico de apropiaciones para garrucheros y visitantes.